Un equipo de astrónomos han encontrado el primer planeta fuera de nuestro sistema solar del tamaño de nuestra Tierra y que además tiene una composición rocosa.
El planeta ha sido bautizado como Kepler 78b y orbita a una distancia extremadamente cercana a su sol, tanto que solo tarda en completar una órbita 8,5 horas, las consecuencias podéis imaginarlas, un lugar extremadamente cálido para la vida.
El descubrimiento fue realizado en primera instancia por el telescopio espacial Kepler y ha sido confirmado por el observatorio Keck usando el método de velocidad radial, lo que permite medir la masa del planeta al saber cuanto influye gravitatoriamente sobre su estrella.
Llevamos unos cuantos exoplanetas descubiertos de tamaño similar a nuestra tierra, pero este es el primero del que hemos podido medir su masa. Gracias a Kepler tenemos su radio y gracias a Keck su masa. Con ambos datos podemos obtener otros datos como la densidad que nos habla de su composición.
Es un ejemplo claro de como dos telescopios pueden asociarse para obtener más datos acerca de un exoplaneta.
El radio ha sido fijado en 1.2 veces el terrestre y la masa 1,7 veces. La densidad es la misma que la de nuestro planeta por lo que tiene una composición rocosa. El planeta está situado en la constelacion del Cisne, a unos 400 años luz.
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